Los Shuar o míticos Jíbaros, los reductores de cabezas



Los Shuar o míticos Jíbaros, los reductores de cabezas

El mirar desde pequeño en los documentales o viejos libros de viajes a un grupo de personas que tenían la habilidad de reducir las cabezas en medio de la selva amazónica era algo que exaltaba de forma poderosa mi imaginación, pensaba que aquellas desgraciadas cabezas eran de viajeros que tuvieron la mala suerte de toparse con un grupo de caníbales que se estaban dando un festín y que con polvos mágico tenían la habilidad de reducir los cuerpos antes de ingerirlos. Nada más lejos de la realidad, aquí brevemente presentaremos a esta comunidad y como es el complejo y famoso ritual de reducir cabezas. 

El verdadero nombre de esta comunidad es “Shuar” (principalmente en Ecuador, ya que en Perú se encuentran los Achuar-Shiwiar, los Huambisa y los Aguaruna del mismo grupo étnico y cultural) y son famosos en la historia latinoamericana por ser un pueblo cazador y guerrero de carácter indomable, siendo conocidos por el uso maestro de la cerbatana y sus dardos envenenados, pero más aun, por su costumbre ritual de reducir las cabezas de sus enemigos a través de un elaborado ritual. 

Los Shuar son verdaderos maestros en el uso de la cerbatana (foto: Gettyimages)


Los conceptos “Jíbaro” o “Jívaro” nacen de la denominación que los españoles y criollos les daban (como pasaba con la mayoría de los pueblos precolombinos que eran renombrados por los castellanos), los Shuar lo consideran un termino despectivo. Estos nativos son los más numerosos del Amazonas y habitan entre las selvas del sur del Ecuador y el norte de Perú, su población actual es cercana a las 120.000 personas.

Este pueblo tiene fama de aguerrido ya que ni incas primero, ni españoles después fueron capaces de controlar su territorio, aunque no estuvieron exentos de sufrir penalidades, ya que los europeos les propiciaron grandes sufrimientos al obligarlos a buscar oro mientras eran aprisionados, torturados y violadas sus mujeres.


Creencias

Su mitología es espiritista y animista, esta ligada a las leyes del universo y a la naturaleza donde los ciclos de la vida y la muerte están muy marcados aunque no creen que el ser humano tenga un final, ya que el espíritu Arútam que vive en cada cuerpo va pasando de padres a hijos en un infinito ciclo repetitivo, este espíritu también defiende al cuerpo de agresiones físicas externas. Los Shuar también creen en otros dos tipos de espíritus diferentes: el Wakani que parte del alma que sale del cuerpo tras su muerte y sobrevive, y el Mésak un espíritu cruel y vengativo que se activaba cuando la persona portadora del Arútam era asesinada violentamente.

Como en todo sistema de creencias también en los Shuar existe la dualidad del bien y el mal por medio de sus divinidades Etsa e Iwia respectivamente. (Otras fuentes hablan de un dios benévolo llamado Yusa y su contraparte el demonio Luanchi)

Cabeza conservada en el Museo Pitt Rivers de Oxford, en Inglaterra


La Reducción de Cabezas

El nombre del ritual de reducir una cabeza se denomina Tzantza y posee un gran simbolismo, transformándose el producto final en los ojos de un neófito en un poderoso talismán o trofeo de guerra, pero para los Shuar el ritual posee aspectos metafísicos ligados a la fabricación de identidades nuevas donde la cabeza reducida tiene la finalidad de atrapar el espíritu vengativo del guerrero vencido. 

Los Shuar tienen la idea que la identidad individual está contenida en ciertos atributos sociales de la persona como el nombre, la manera de hablar, la memoria de las experiencias y las pinturas faciales relacionadas con el encuentro de los antepasados, los atributos físicos son secundarios según sus creencias.

El ritual del Tzantza era seguido de cerca por una serie de fiestas rituales que incluyen cantos y procesiones ejecutados por mujeres y hombres de la tribu donde hay una serie de jerarquías donde cada protagonista tiene una misión particular dentro del ritual. 

Inicio del ritual del Tzantza


Cuando se enfrentaban dos tribus Shuar el jefe vencedor cortaba la cabeza del jefe vencido, era este mismo líder el que ejecutaba todo el proceso de comprimir la cabeza en un proceso que se hacía de forma solitaria y que incluía una profunda meditación y ayuno. Los miembros de la tribu vencida pasaban a ser parte de los vencedores sin ningún tipo de desprecio o discriminación.


Procedimiento 

El Tzantza contaba con varias etapas, aunque el ritual podía variar en detalles según la tribu o la zona donde se practicaba. Una vez cortada la cabeza del enemigo, con un cuchillo o etsemat se hacía una incisión desde la nuca al cuello, se tiraba de la piel cuidadosamente y la desprendían del cráneo que era desechado además de otras partes blandas como los ojos, restos de carne y grasa.

La piel se introducía en agua hirviendo al cual se le agregaban algunas hierbas que contenían taninos para así evitar el desprendimiento del cabello. La cocción duraba aproximadamente unos quince a treinta minutos, el cuidar este tiempo era importante ya que la cabeza podría ablandarse demasiado y por ende pudrirse.

Al retirar el cuero del agua ya estaba reducida a la mitad del tamaño original, el próximo paso era el secado del mismo.

La piel una vez seca era raspada para eliminar los últimos rastros de carne y así evitar el mal olor y la degradación; luego se frotaba por dentro y por fuera con aceite de Carapa.

El corte inicial realizado en la nuca se cosía con cuerdas al igual que los ojos y la boca, con esto se condenaba a los sentidos a una eterna amnesia, la boca además era sellada con un machete al rojo vivo. En la cabeza se introducía una piedra o una bola de madera similar al tamaño de esta o también se podía rellenar con arena caliente. 

Finalmente la colgaban cerca de fuego caliente para disecarla con el humo, mientras al cuero se le seguía dando forma con una piedra caliente, en este paso era importante el retocar las facciones para que la cabeza conservara su forma humana. 

En este paso final la cabeza ya se había comprimido en una tercera o cuarta parte de su tamaño inicial y el proceso completo de reducción podía tomar hasta seis días. Algunas veces eran decoradas con granos o tiñendo la piel con ceniza de carbón, se cree que al teñir la piel se mantenía el Mésak o alma vengadora dentro de la cabeza y así se impedía que esta se escapara y tomara venganza contra su verdugo.

Solo se conoce un registro del ritual del Tzantza y fue una película hecha en 1961 por el explorador polaco Edmund Bielawski y un equipo de siete personas para el National Geographic que buscando el origen del río Amazonas pudo lograr capturar imágenes de esta macabra ceremonia.

"How to Shrink a Human Head" de National Geographic


El fin del famoso ritual 

Hubo todo un comercio con esta costumbre legendaria que lamentablemente elevo las tasas de homicidios dentro de la tribu con la finalidad de vender cabezas a turistas y coleccionistas privados de todo el mundo. El concepto “headhunting” surgió de esta práctica donde los Shuar intercambiaban una cabeza por un arma de fuego o por una docena de dólares en las primeras décadas del Siglo XX. Los gobiernos de Perú y Ecuador pudieron trabajar en conjunto para prohibir lo que ya para la época era un verdadero tráfico.

Con el paso del tiempo también se detectaron falsificaciones que nada tenían que ver con las tribus Shuar donde se descubrieron cabezas hechas con cadáveres de morgues o incluso con cabezas de mono o cabezas moldeadas con piel de otros animales, se estima que más del 80% de los tzantzas en manos privadas o museos son fraudulentas. Actualmente la mayoría de los países han prohibido este comercio.



Mi propia cabeza hecha de cuero de animal traída del Ecuador por mi amigo Juan Pablo


En la actualidad, los Shuar son muy pacíficos y se dedican de llevo a labores de carácter agrícola, esta etnia a abandonado completamente la práctica original del Tzantza. Hoy las cabezas reducidas se fabrican como objetos curiosos para el turismo comercial. Estas réplicas están hechas de cuero o piel de animales y son muy idénticas a las originales.



por Daniel Lobos Jeria



Fuente:

Tsantsa. Reducción de cabezas y rituales consecuentes

Jíbaros y las cabezas reducidas















La Primera Flauta



La Primera Flauta

Un cazador se perdió, alguna vez, en alguno de los laberintos de la selva amazónica.

Después de mucho vagar, se dejó caer al pie de un cedro y allí se quedó dormido.

Fue despertado por el sol y por una música jamás escuchada.

Entonces, el cazador perdido descubrió que un pájaro carpintero, de cabeza roja, largo cuello y pico poderoso, estaba picoteando una rama.

La música nacía del viento que entraba por los agujeritos que el pájaro excavaba.

El cazador aprendió. Imitando al viento y al pájaro, creó la primera flauta americana.




palabras del gran Eduardo Galeano



Fuente:

El Cazador de Historia. Eduardo Galeano. Siglo Veintiuno Editores, 2016

El Pueblo Shipibo-Konibo


El Pueblo Shipibo-Konibo.

Es un pueblo étnico de la amazonia peruana próxima al rio Ucayali al norte del país andino entre las regiones de Huánuco, Madre de Dios, Loreto y Ucayali. Este pueblo vive en pequeñas comunidades y su origen se remonta desde que las etnias Shipibo, Konibo, y Xetebo vivían separadas, estas culturas fueron conectadas por parentescos de familia y también por su lengua común “el Pano”, en la concepción de este lenguaje cada pueblo está relacionado con un animal, los Shipibos lo están con los monos pichico y los Konibos con las anguilas, esto es así ya que el centro de estas culturas están ligada espiritual, física y culturalmente a los elementos naturales de la selva, esta cosmovisión del universo se expresa también en sus manifestaciones artísticas. Hoy la mayoría de esta etnia habla el castellano.

Algunos miembros de esta etnia están urbanizados y viven alrededor de Pucallpa en el Distrito de Yarinacocha, una extensa zona indígena, aunque la mayoría viven en aldeas dispersas en una gran área de bosque selvático que se extiende mayoritariamente en el Perú pero que también abarca zonas que van desde Brasil hasta Ecuador, muchos de estos no tienen servicios básicos como la electricidad. Los Shipibo-Konibo viven de la pesca, la agricultura (donde practican la tala y la quema) y la cría de animales, sus principales herramientas son el machete y la lanza. Su sistema social prohíbe el matrimonio entre parientes hasta la séptima generación ascendente. Su población actualmente no alcanza los 30000 habitantes. 

Casa y Cocina del pueblo Shipibo


En la comunidad Shipibo-Konibo existen liderazgos clasificados en las siguientes autoridades: 

- El Jefe o Jefa de la comunidad 
- El teniente o gobernador que vela por la seguridad y el orden de la comunidad 
- El agente municipal que vela por la limpieza de la comunidad. 

El arqueólogo norteamericano Donald Lathrap plantea que los Shipibo-Konibo llegaron a la zona del Ucayali procedentes del Norte, entre los años 650 a 810 a.C. cuando un nuevo estilo de cerámica que el llama “Cumancaya” irrumpe la secuencia anterior de los estilos del Ucayali Central. Lathrap asocia este nuevo estilo a los pueblos de lengua de origen Pano, quienes habrían invadido la cuenca y desplazado a los antiguos pobladores de lenguas emparentadas con el antiguo Arawak. "Cumancaya" según las leyendas es considerado el primer pueblo Shipibo, es también un sitio sagrado donde se cree que surgieron los primeros habitantes de esta etnia para repoblar el mundo actual.

Cumancaya, centro del universo y sitio del árbol cósmico

Esta comunidad empezó a tener influencia de los colonizadores a partir de las misiones franciscanas y jesuitas en el siglo XVII. En el siglo XVIII el indígena Juan Santos Atahualpa quiso revindicar los antiguos territorios del imperio Inca al liderar una rebelión contra los descendientes de los conquistadores y sus esclavos negros, Santos Atahualpa logro controlar los territorios de la selva central en beneficio de los antiguos Shipibo-Konibo, los Ashaninka y los Yanesha; luego su proyecto era controlar la sierra y la costa no logrando en la práctica este último objetivo, una vez terminada la rebelión volvió a comenzar el proceso de evangelización después de 1760 en que solo los franciscanos habian tenido un cierto éxito moderado. 

Este pueblo aún conserva tradiciones centenarias como los cultos chamánicos ligados al consumo de la planta Ayahuasca que les ayuda a ingresar al mundo de los espíritus junto a canciones rituales. De acuerdo a Michael J. Harner en su ensayo "Temas comunes en las experiencias Yagé sudamericanas", los antropólogos que han estudiado a los indios Shipibo han informado que una función común de los chamanes para beber Ayahuasca es vengarse de su enemigos. Harner señala que los chamanes creen que tomar Ayahuasca permite que el alma del curandero deje su cuerpo en forma de pájaro que puede volar hasta un enemigo distante por la noche, esta ave luego vuelve a la inicial forma humana del chamán para poder destruir al enemigo que esta dormido. Además, Harner informa que a menudo un chamán, tomando la bebida, cree que adquiere serpientes gigantes que serán sus demonios personales para protegerse contra otros chamanes en batallas sobrenaturales.

Para esta cultura sus espíritus siempre han tenido bastante poder, como el de la serpiente anaconda una deidad de la tierra que cantó todas las formas de las existencias de la naturaleza desde el principio de los tiempos. Su habilidad para superar fronteras espirituales y unir opuestos forma un mecanismo de control social dentro de esta etnia. Estas tradiciones chamánicas han inspirado el arte Shipibo-Konibo elaborado en su mayoría por las mujeres de esta etnia, en el diseño de su cerámica que posee coloridos y complejos patrones geométricos como también la vestimenta y las herramientas que los Shipibo-Konibo venden como medio de una economía de subsistencia a los escasos turistas que visitan sus tierras. 

Una jarra Shipibo


Actualmente esta etnia al igual que todas las poblaciones indígenas en la cuenca del Amazonas, están amenazados por problemáticas de influencias externas tales como la especulación petrolera, la deforestación, el narcotráfico y la conservación.


Por Daniel Lobos Jeria


Fotografías:
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8934347
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Shipibo_jar_(UBC-2010)a.jpg

Fuentes:

El Amor



El Amor

En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.

- ¿Te han cortado? - preguntó el hombre

-No- dijo ella- Siempre he sido así.

Él la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. Dijo:

-No comas yuca, ni guanábanas, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Échate en la hamaca y descansa.

Ella obedeció. Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando él le decía:

-No te preocupes.

El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en una hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca. 

Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba.

- ¡Lo encontré! - ¡Lo encontré!

Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.

-Es así- dijo el hombre, aproximándose a la mujer.



Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y eran tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.



palabras del gran Eduardo Galeano

Fuente:

Memoria del Fuego. 1. Los Nacimientos. Eduardo Galeano. Siglo Veintiuno Editores, 2015


Fotografía:

"The Garden" de Deana Lawson (2014)

La Misión


La Misión

La Misión” es una que película que transciende que al igual que el vino se pone mejor con los años.

Algunos datos técnicos: “La Misión” data de 1986 y fue dirigida por el británico Roland Joffé y fue filmada principalmente en Colombia, Argentina, Brasil y Paraguay. Esta cinta cuenta con un elenco de lujo donde se encuentras nombres como Jeremy Irons, Robert De Niro, Ray McAnally y unos jóvenes Aidan Quinn y Liam Nelson. La Misión fue la ganadora de la Palme d'Or en el festival de Cannes del 1986.

El Afiche promocional de "La Misión" es impresionante


La película que analizamos hoy trata de la evangelización de la Compañía de Jesús conocida también como la Orden Jesuita en el siglo XVIII hacia los aborígenes de la etnia Guaraní en los territorios fronterizos comprendidos entre el actual Paraguay y Brasil. El objetivo principal de estas misiones era enseñar la religión católica y la “civilización” a los indígenas, en ella no solo se les instruía la palabra del evangelio sino que también se les capacitaba con destrezas técnicas y culturales, así las misiones se transformaban a la postre en comunidades autosuficientes. Esta misión será orquestada por el padre Gabriel interpretado por el actor Jeremy Irons.

Gabriel es un padre Jesuita que tiene el objetivo de intentar crear una misión donde otros sacerdotes ya han fracasado, con fortaleza y paciencia lograra ganarse primero la confianza de los nativos, el objetivo no es nada fácil ya que el misionero no solo trae un nuevo dios, tan incomprensible como intangible para todas las etnias latinoamericanas, sino que también representa al “hombre blanco” que en su choque con los aborígenes del nuevo mundo trajo muerte, enfermedades, esclavitud y devastación. El padre Gabriel logra su cometido luego de un proceso de aceptación por parte de los guaraníes y también de adaptación, la obra se llamara Misión de San Carlos.

El Padre Gabriel ganando la confianza de los Guaraníes

Uno de los valores esenciales de la película es la metáfora de la redención simbolizada en el personaje de Rodrigo Mendoza protagonizado magistralmente por Robert De Niro. Mendoza es un cazador y comerciante de indígenas, un rudo mercenario que esta dispuesto a todo por lograr sus objetivos, tiene enfrentamientos con los Jesuitas ya que estos defienden al nativo. La culpa de Mendoza por matar a su hermano hace que este entre en un estado de postración y negación, cuando ya esta pudriéndose en una celda, abandonado a su suerte y al tiempo conoce a Gabriel que le propone que lo acompañe a la selva con la finalidad de pagar penitencia, perdonarse a si mismo y expiar en parte su culpa. Mendoza es un personaje que tiene una gran evolución en la película, la transformación de Mendoza es espiritual, muy similar a la del apóstol Pablo ya que de pérfido mercenario se transforma en un soldado de Dios

La penitencia de Rodrigo Mendoza, como Sísifo, arrastrar una pesada carga a través de la selva


La película deriva a las problemáticas que tienen los Jesuitas para llevar a cabo sus misiones, si bien han logrado mucho en la educación y evangelización de los indígenas, las coronas de Portugal y España animadas por los terratenientes locales quieren expulsar a los Jesuitas aludiendo que la orden a alcanzado mucho poder en las zonas de misiones, los Jesuitas eran vistos como los representantes de un estado (el Vaticano) dentro de sus dominios.

Mendoza es lo opuesto a Gabriel, el primero cree que la orden debe luchar incluyendo la fuerza para mantener todo lo que se ha logrado en la misión, en tanto Gabriel no cree en la violencia ya que ello traicionaría el evangelio y todo lo que ha predicado, por lo cual cree en una salida mas pacífica, donde sean las potencias espirituales las que intercedan en zanjar la problemática de abandonar la misión.

Mendoza es un jesuita más mundano, cree en el poder de las armas para defender la misión.

Los jesuitas tienen un fuerte voto de obediencia que en la película queda bien demostrado, Mendoza debe renunciar a estos votos para decidirse tomar las armas y junto a otros Jesuitas jóvenes y con la misma ayuda de los guaraníes defender los territorios que quieren ser tomados por los terratenientes. La totalidad de los padres Jesuitas son aniquilados en los territorios de Misiones tanto los devotos conducidos por Gabriel y los reaccionarios liderados por Mendoza, los territorios en disputa serán incorporados por la Corona de Portugal.

La música de “La Misión” es toda una obra maestra aparte, creada por el aclamado director italiano Ennio Morricone quien gano un merecido Oscar por esta joya, es una pieza que merece un post totalmente independiente, puedo adelantar que si cierras los ojos y escuchas esta banda sonora ¡Tú estas en la selva!, es más, ¡Tú estas en la selva, eres el padre Gabriel y estas evangelizando a los nativos de la región! El elemento musical en el film es importante no solo en la estética sino que además en su argumento ya que al comienzo de la película Gabriel se gana la aceptación de los indígenas al interpretar con su oboe una dulce melodía (“El oboe de Gabriel”), y al final de la misma, cuando las misiones son destruidas por los las fuerzas militares, los niños indígenas sobrevivientes cargan un instrumento musical en su canoa, como muestra que algo quedó del aporte cultural de los Jesuitas.

Trailer de "La Misión"

“La Misión” es una película que no solo es la evolución civilizadora de los “soldados de Dios” hacia una etnia específica sino también una representación de evolución humana representada en el personaje de Mendoza.




por Daniel Lobos Jeria


Ellas llevan la vida en el pelo


Ellas llevan la vida en el pelo

Por mucho negro que crucifiquen o cuelguen de un gancho de hierro atravesado en las costillas, son incesantes las fugas desde las cuatrocientas plantaciones de la costa de Surinam. Selva adentro, un león negro flamea en la bandera amarilla de los cimarrones. A falta de balas, las armas disparan piedritas o botones de hueso; pero la espesura impenetrable es la mejor aliada contra los colonos holandeses.

Antes de escapar, las esclavas roban granos de arroz y de maíz, pepitas de trigo, frijoles y semillas de calabazas. Sus enormes cabelleras hacen de graneros. Cuando llegan a los refugios abiertos en la jungla, las mujeres sacuden sus cabezas y fecundan, así, la tierra libre.



palabras del gran Eduardo Galeano

Fuente:

Memoria del Fuego. 2. Las caras y las mascaras. Eduardo Galeano. Siglo Veintiuno Editores, 2011


Fotografía:

Mitchell Lisse

De putas y selva. Pantaleón y las visitadoras



De putas y selva. Pantaleón y las visitadoras

“Pantaleón y las visitadoras” es una obra escrita por el afamado escritor peruano Mario Vargas Llosa en 1973, es una espléndida sátira moral sobre el concepto del deber militar.

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura en 2010


La historia transcurre en la selva de Iquitos, señalada como uno de los puntos más corrompidos del Perú incluso más que Lima su capital. El lugar se describe con un calor y humedad terrible, lleno de pirañas, zancudos e izangos (zancudos de tierra), los soldados según el “Tigre” Collazos sentían la sensación de respirar fuego, la sangre les hervía en medio de la selva, esto provocaba ciertas “calenturas” que exaltaban la libido sexual de las tropas, en algún momento también se culpó al exceso de condimentos en las comidas.

Según los jerarcas del ejercito este ambiente sofocante despierta las tórridas pasiones de los soldados que han llegado incluso a violar a las nativas para satisfacer su apetito sexual. La obra expone que los soldados que llegaban a la selva se volvían un “pinga loca”, se tiraban a las “cholas” dejando por exceso de violaciones a más de 43 mujeres embarazadas y por ende más de una veintena de matrimonios forzados, los tribunales no daban abasto juzgando a tanto soldado.

En la selva de Iquitos las mujeres son guapísimas mientras que los hombres son feos (ojo que lo dice Vargas Llosa), en este lugar están las “lavanderas” que ejercen la prostitución de manera ambulante ofreciendo sus servicios de casa en casa. Hay algunas meretrices que también tienen puntos de atención fijo como los que se imparten en la “Casa Chuchupe”, en la obra las trabajadoras ambulantes como las estacionarias serán contratadas como “visitadoras” reclutadas por el capitán de ejercito y protagonista de la obra el señor Pantaleón Pantoja para satisfacer la libido de los soldados apostados en Iquitos.

"Pantaleón y las Visitadoras" fue llevada 2 veces al cine en 1976 y el año 2000. 
Afiche de la primera película


Pantaleón Pantoja es todo un personaje, un soldado correcto, ordenado y obediente. Pantoja esta casado con Francisca o la “Pochita” que lo seguirá con toda ingenuidad a esta aventura “militar” de la ciudad a la selva, Pantoja también es muy “mamón” por lo cual su madre Leonor también es parte esencial de la historia al vivir con Pantaleón y su esposa.

Una de las sátiras de “Pantaleón y las visitadoras” esta ligada a la profesionalización que el capitán Pantoja hace de la prostitución, ya la misión tiene un nombre increíble: “Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines” o SVGPFA (como si se tratase de un comando de combate, con su himno de guerra incluido), en la organización el servicio de “visitadoras” deberá cubrir un área aproximada de 400.000 kilómetros cuadrados, deberá “cubrir” cerca de 8 guarniciones, 26 puestos y 45 campamentos, la obra es tan satírica que Pantoja llega incluso a estimar el tiempo destinado a cada soldado por “prestación sexual” y las veces que podía tener sexo con cada “visitadora”, confeccionaba gráficos y tablas de todas estas estadísticas de manera minuciosa, debe ser el único personaje de la literatura universal que ha cuantificado el sexo de forma tan competitiva. Pantaleón Pantoja es tan profesional en su empresa que ha mantenido en secreto la misión incluyendo a su esposa y madre, pronto esta situación le traerá una serie de problemas.

El capitán Pantoja organizando a la visitadoras, interpretado magistralmente por el actor peruano Salvador del Solar en la película de 2000


Las dificultades sexuales de los soldados ligados a las carencias de mujeres han ocasionado una variada gama de problemáticas, donde incluso el coronel López López señalo que se habían dado casos de “mariconería” y bestialismo, una anécdota interesante esta ligada a un cabo de Horcones que hacía vida marital con una mona que respondía al apelativo de “Mamadera de la Cuadra”, la monita fue muerta de un balazo y el cabo tomado preso. La abstinencia sexual no era medicina para estos calurosos soldados ya que traía desmoralización, nerviosismo y apatía.

Uno de los personajes pintorescos es el hermano Francisco un predicador de origen extranjero, fundador de una “nueva religión” y presunto hacedor de milagros y que recorre a pie y en balsa la Amazonía brasileña, colombiana, ecuatoriana y peruana, este personaje que tiene tintes de profeta anda pregonando el Apocalipsis a diestra y siniestra. Este insano personaje anda construyendo cruces de madera, da sus vaticinios crucificado a ellas y manda a sus seguidores a crucificar a todo tipo de animales incluyendo grotescamente monos, aves, lagartos y también personas mientras sus devotos bebían y se embadurnaban la piel con la sangre de los crucificados.

Otro personaje importante de la obra es Olga Arellano Rosaura alias “La Brasileña” quien es la visitadora estrella del pelotón, de “Pantilandia” y que servirá personalmente las pasiones y deseos del capitán Pantoja convirtiéndola en su preferida y su amante. Esta mujer “loretana” es la más hermosa de las meretrices y también la más “voluptuosa”, a su corta vida a quebrado los corazones de decenas de hombres, en el SVGPFA solo los soldados más destacados podían probar sus atributos sin antes celar el carácter de Pantaleón Pantoja que permitía que por “reglamento” (realizado y aprobado por el mismo Pantoja) “La Brasileña” solo podía realizar diez “prestaciones” jajajaja… 

En la película "La Brasileña" es "La Colombiana" y fue interpretada por Angie Cepeda


Otros personajes de antología son “La Chuchupe” (la cabrona de las putas), el “Chupito” y el chino “Wong” (lacayos y amigos de Pantoja), “La Peludita”, “La Pechuga”, “Maclovía” (“visitadoras” destacadas) y Germán Láudano Rosales “El Sinchi” (fervoroso locutor de radio).

Vals “La Contamanina” del programa "La Voz del Sinchi" de Radio Amazonas



Una obra que innovó en la prosa para el año en que fue concebida, una historia llena de situaciones simpáticas e impredecibles, una parrilla de personajes memorables hacen de la obra de Mario Vargas Llosa una invitación al sarcástico mundo que mezclo magistralmente la selva, el ejercito y prostitutas, eso es “Pantaleón y las Visitadoras”.



por Daniel Lobos Jeria