Los Shuar o míticos Jíbaros, los reductores de cabezas



Los Shuar o míticos Jíbaros, los reductores de cabezas

El mirar desde pequeño en los documentales o viejos libros de viajes a un grupo de personas que tenían la habilidad de reducir las cabezas en medio de la selva amazónica era algo que exaltaba de forma poderosa mi imaginación, pensaba que aquellas desgraciadas cabezas eran de viajeros que tuvieron la mala suerte de toparse con un grupo de caníbales que se estaban dando un festín y que con polvos mágico tenían la habilidad de reducir los cuerpos antes de ingerirlos. Nada más lejos de la realidad, aquí brevemente presentaremos a esta comunidad y como es el complejo y famoso ritual de reducir cabezas. 

El verdadero nombre de esta comunidad es “Shuar” (principalmente en Ecuador, ya que en Perú se encuentran los Achuar-Shiwiar, los Huambisa y los Aguaruna del mismo grupo étnico y cultural) y son famosos en la historia latinoamericana por ser un pueblo cazador y guerrero de carácter indomable, siendo conocidos por el uso maestro de la cerbatana y sus dardos envenenados, pero más aun, por su costumbre ritual de reducir las cabezas de sus enemigos a través de un elaborado ritual. 

Los Shuar son verdaderos maestros en el uso de la cerbatana (foto: Gettyimages)


Los conceptos “Jíbaro” o “Jívaro” nacen de la denominación que los españoles y criollos les daban (como pasaba con la mayoría de los pueblos precolombinos que eran renombrados por los castellanos), los Shuar lo consideran un termino despectivo. Estos nativos son los más numerosos del Amazonas y habitan entre las selvas del sur del Ecuador y el norte de Perú, su población actual es cercana a las 120.000 personas.

Este pueblo tiene fama de aguerrido ya que ni incas primero, ni españoles después fueron capaces de controlar su territorio, aunque no estuvieron exentos de sufrir penalidades, ya que los europeos les propiciaron grandes sufrimientos al obligarlos a buscar oro mientras eran aprisionados, torturados y violadas sus mujeres.


Creencias

Su mitología es espiritista y animista, esta ligada a las leyes del universo y a la naturaleza donde los ciclos de la vida y la muerte están muy marcados aunque no creen que el ser humano tenga un final, ya que el espíritu Arútam que vive en cada cuerpo va pasando de padres a hijos en un infinito ciclo repetitivo, este espíritu también defiende al cuerpo de agresiones físicas externas. Los Shuar también creen en otros dos tipos de espíritus diferentes: el Wakani que parte del alma que sale del cuerpo tras su muerte y sobrevive, y el Mésak un espíritu cruel y vengativo que se activaba cuando la persona portadora del Arútam era asesinada violentamente.

Como en todo sistema de creencias también en los Shuar existe la dualidad del bien y el mal por medio de sus divinidades Etsa e Iwia respectivamente. (Otras fuentes hablan de un dios benévolo llamado Yusa y su contraparte el demonio Luanchi)

Cabeza conservada en el Museo Pitt Rivers de Oxford, en Inglaterra


La Reducción de Cabezas

El nombre del ritual de reducir una cabeza se denomina Tzantza y posee un gran simbolismo, transformándose el producto final en los ojos de un neófito en un poderoso talismán o trofeo de guerra, pero para los Shuar el ritual posee aspectos metafísicos ligados a la fabricación de identidades nuevas donde la cabeza reducida tiene la finalidad de atrapar el espíritu vengativo del guerrero vencido. 

Los Shuar tienen la idea que la identidad individual está contenida en ciertos atributos sociales de la persona como el nombre, la manera de hablar, la memoria de las experiencias y las pinturas faciales relacionadas con el encuentro de los antepasados, los atributos físicos son secundarios según sus creencias.

El ritual del Tzantza era seguido de cerca por una serie de fiestas rituales que incluyen cantos y procesiones ejecutados por mujeres y hombres de la tribu donde hay una serie de jerarquías donde cada protagonista tiene una misión particular dentro del ritual. 

Inicio del ritual del Tzantza


Cuando se enfrentaban dos tribus Shuar el jefe vencedor cortaba la cabeza del jefe vencido, era este mismo líder el que ejecutaba todo el proceso de comprimir la cabeza en un proceso que se hacía de forma solitaria y que incluía una profunda meditación y ayuno. Los miembros de la tribu vencida pasaban a ser parte de los vencedores sin ningún tipo de desprecio o discriminación.


Procedimiento 

El Tzantza contaba con varias etapas, aunque el ritual podía variar en detalles según la tribu o la zona donde se practicaba. Una vez cortada la cabeza del enemigo, con un cuchillo o etsemat se hacía una incisión desde la nuca al cuello, se tiraba de la piel cuidadosamente y la desprendían del cráneo que era desechado además de otras partes blandas como los ojos, restos de carne y grasa.

La piel se introducía en agua hirviendo al cual se le agregaban algunas hierbas que contenían taninos para así evitar el desprendimiento del cabello. La cocción duraba aproximadamente unos quince a treinta minutos, el cuidar este tiempo era importante ya que la cabeza podría ablandarse demasiado y por ende pudrirse.

Al retirar el cuero del agua ya estaba reducida a la mitad del tamaño original, el próximo paso era el secado del mismo.

La piel una vez seca era raspada para eliminar los últimos rastros de carne y así evitar el mal olor y la degradación; luego se frotaba por dentro y por fuera con aceite de Carapa.

El corte inicial realizado en la nuca se cosía con cuerdas al igual que los ojos y la boca, con esto se condenaba a los sentidos a una eterna amnesia, la boca además era sellada con un machete al rojo vivo. En la cabeza se introducía una piedra o una bola de madera similar al tamaño de esta o también se podía rellenar con arena caliente. 

Finalmente la colgaban cerca de fuego caliente para disecarla con el humo, mientras al cuero se le seguía dando forma con una piedra caliente, en este paso era importante el retocar las facciones para que la cabeza conservara su forma humana. 

En este paso final la cabeza ya se había comprimido en una tercera o cuarta parte de su tamaño inicial y el proceso completo de reducción podía tomar hasta seis días. Algunas veces eran decoradas con granos o tiñendo la piel con ceniza de carbón, se cree que al teñir la piel se mantenía el Mésak o alma vengadora dentro de la cabeza y así se impedía que esta se escapara y tomara venganza contra su verdugo.

Solo se conoce un registro del ritual del Tzantza y fue una película hecha en 1961 por el explorador polaco Edmund Bielawski y un equipo de siete personas para el National Geographic que buscando el origen del río Amazonas pudo lograr capturar imágenes de esta macabra ceremonia.

"How to Shrink a Human Head" de National Geographic


El fin del famoso ritual 

Hubo todo un comercio con esta costumbre legendaria que lamentablemente elevo las tasas de homicidios dentro de la tribu con la finalidad de vender cabezas a turistas y coleccionistas privados de todo el mundo. El concepto “headhunting” surgió de esta práctica donde los Shuar intercambiaban una cabeza por un arma de fuego o por una docena de dólares en las primeras décadas del Siglo XX. Los gobiernos de Perú y Ecuador pudieron trabajar en conjunto para prohibir lo que ya para la época era un verdadero tráfico.

Con el paso del tiempo también se detectaron falsificaciones que nada tenían que ver con las tribus Shuar donde se descubrieron cabezas hechas con cadáveres de morgues o incluso con cabezas de mono o cabezas moldeadas con piel de otros animales, se estima que más del 80% de los tzantzas en manos privadas o museos son fraudulentas. Actualmente la mayoría de los países han prohibido este comercio.



Mi propia cabeza hecha de cuero de animal traída del Ecuador por mi amigo Juan Pablo


En la actualidad, los Shuar son muy pacíficos y se dedican de llevo a labores de carácter agrícola, esta etnia a abandonado completamente la práctica original del Tzantza. Hoy las cabezas reducidas se fabrican como objetos curiosos para el turismo comercial. Estas réplicas están hechas de cuero o piel de animales y son muy idénticas a las originales.



por Daniel Lobos Jeria



Fuente:

Tsantsa. Reducción de cabezas y rituales consecuentes

Jíbaros y las cabezas reducidas